En menos de 20 minutos Brasil tenía todo liquidado. Gol de Neymar de penal, otro tanto de Marcelo y Japón ensimismado. Y eso que antes del final de la primera parte llegó el otro tano, el de Gabriel Jesús, quien puso el 3-0 parcial para lo que era una goleada antes del medio tiempo. Sin embargo, los sudamericanos quitaron el pie del acelerador, movieron muchas fichas, y permitieron el descuento nipón para el 3-1 final.
Nunca hubo complicaciones, tampoco necesidad de ir más rápido. Con la superioridad con la que afrontó la eliminatoria, Brasil arrolló a Japón y dejó claro porqué es uno de los favoritos en el próximo Mundial de Rusia.
Tité sigue con sus grandes números desde que asumió la dirección técnica de la Verdeamarela y cada vez su equipo luce más compacto, más letal, poniendo las individualidades al servicio de los demás, en momentos que realmente son decisivos. De hecho, en los primeros 20 minutos Neymar hizo lo que quiso con la defensa japonesa.
De no ser por el arquero Eiji Kawashima, el marcador hubiese sido otro. Buena prueba para los brasileños que a media máquina aplastaron a un oponente que se limitó, por momentos, con verlos jugar.
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